Cinco primeras páginas de la historieta
Bernardina hacia la tormenta
De Matías Castro (guión) y Daniel González (dibujo)
Abajo se incluyen las fuentes documentales de las que fueron tomadas las escenas
Abajo se incluyen las fuentes documentales de las que fueron tomadas las escenas
Referencias
Páginas 1 a 5
La larguísima
caravana que abandonó la Banda Oriental para seguir a José Gervasio Artigas
hasta Argentina encontró, en el punto donde comienza esta historia, una
seguidilla de cursos de agua que resumen bien las penurias que atravesaron. En
su larga marcha de varios meses hasta llegar al campamento junto al río Ayuí,
en Entre Ríos, se toparon con numerosos obstáculos. De todos, el cruce del
arroyo Quebracho, luego el Chapicuy, el río Daymán y finalmente el Uruguay, formaron
un período particular en el que por varias semanas enfrentaron lo que creo que
fue la parte más hostil de la geografía que atravesaron.
Este período
parecía un buen punto de inicio para contar la historia de la familia de
Bernardina Acosta. María Julia Ardao y Aurora de Castellanos lo resumen en la
página 50 de El escenario geográfico del artiguismo y de hecho incluyen
episodios que quedan fuera de la historieta por cuestiones de extensión. Entre
el 13 y el 14 de noviembre vadearon el Río Negro, el 24 de ese mes pasaron el
arroyo San Francisco y luego el río Queguay, el 1 de diciembre acamparon junto
al arroyo Quebracho, tres días más tarde cruzaron el Chapicuy y otros tres días
después atravesaron el Daymán. Del 10 al 30 de diciembre se dedican a cruzar el
río Uruguay, el más ancho de todos. Siete pasos de agua en menos de un mes es
mucho para gente que avanzaba lentamente en carretas, a pie o a caballo, a la
intemperie y con pocas provisiones.
Con respecto al
nombre del niño, Ezequiel, hay que reconocer que es antojadizo, puesto que no
quedó identificado en el padrón del Éxodo que levantó Artigas en diciembre de
1811. Lo mismo ocurre con los que lo acompañan, su hermana Josefina y el
esclavo Viriato. En el padrón solo consta que Bernardina Acosta era una mujer
que viajaba con sus dos hijos y un esclavo, nada más. Pero había que ponerle
nombre a sus hijos y representarlos de algún modo. El nombre de Viriato
corresponde el de un caudillo que vivió en el siglo II a.C., quien enfrentó en
Lusitania las fuerzas romanas. Debido a que es una figura importante, aunque
con ribetes legendarios, para la historia portuguesa, me parecía interesante e
irónico usar su nombre para bautizar a un esclavo (bastante autónomo, por
cierto) que participó del episodio histórico que movilizó un pueblo entero ante
las arremetidas expansionistas de los portugueses.
Elegí La Gallina Ciega
como motivo para comenzar la historieta debido a su popularidad como juego de
campo. Hay dos documentos que permiten concluir que se jugaba por esos tiempos.
Por un lado el libro de Roberto Boutón hace una buena descripción y, cien años
después, lo incluye como juego típico y tradicional. Por otro, está la pintura
La gallina ciega, de Goya, que aunque se ambienta en un grupo social más
acomodado que el de esta historieta, muestra que en 1788 era muy común en
España.
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